China de la meritocracia a la exitocracia parte II
Continuando con el interesante análisis que venimos desarrollando del fenómeno chino, me dispongo a concluir en esta parte aquel interesante concepto con el cual Adrián Diaz Marro llegó a derrumbar paradigmas y a motivar mi estudio de la sociedad china.

China es un fenómeno muy interesante de analizar. El cómo después de haber caído en las garras del comunismo, logró levantarse y transformar por completo el modelo de país que sería para el mundo, debería de ser un ejemplo para muchos más países. Desafortunadamente para los occidentales, pese a los grandes avances en materia tecnológica, en lo que es por demás decir que China nos aventaja, la constante hermeticidad con la que vive la sociedad china, en parte por las restricciones de su gobierno en este aspecto, nos han impedido darle un vistazo a profundidad de cómo han logrado no solo desarrollarse, sino trascender social, económica y culturalmente hablando.
Las personas en China pueden darse el lujo de exigir a quienes piensan ser socios comerciales de alguna empresa china, tener nada más y nada menos que el último modelo de teléfonos celulares e incluso un automóvil del año, ya que para ellos es no solo una prueba de éxito, sino también una forma de encajar dentro del aspecto económico que china quiere presentarle al mundo, sobre todo si se trata de alguna empresa líder en tecnología.

Se dan el lujo de poder montar sus propias empresas después de haber trabajado algunos meses para otra mucho más grande, y así empezar la maravillosa dinámica de libre competencia, producto del modelo de capitalismo de partido único que tienen.
¿Sabes qué es lo más interesante? El gobierno no se mantiene molestando a los pequeños o medianos empresarios que apenas inician con la construcción de sus negocios, y están emprendiendo alguna actividad, a diferencia de nuestros países en Latinoamérica, en China el gobierno no se enfoca en los que apenas están dando sus primeros pasos por incursionar en el juego de la economía china. No podemos negar que su intervención inicia y se incrementa cuando una empresa no solo lleva ya un tiempo considerablemente estable de vida, sino que ya puede sostenerse por sí sola y aportar algo al gobierno, recordemos que en China existen grandes impuestos, pero estos son para aquellos cuyo nivel y estatus económico es exageradamente grande, un impuesto a la riqueza si se quiere ver de alguna forma, y si bien esto no es natural y mucho menos del todo correcto, es interesante contrastar y poder discernir que es hasta cierto punto mejor de cómo funciona para los occidentales, que literal nos meten zancadilla antes de iniciar a emprender, cuando ya estamos emprendiendo y es así que ese emprendimiento casi nunca se convierte en un éxito.

Esa es la principal diferencia con nosotros, al menos en China sus ideas no se quedan en los intentos, en los «méritos» por lograr algo, si un negocio no se hace rentable en un lapso de tres meses, este se considera fracaso y se comienza con otro, así hasta encontrar uno que le garantice al ciudadano promedio chino, ser exitoso realmente, por eso decimos, han pasado de la meritocracia a la exitocracia. Y la fórmula para lograrlo, no es otra que la del capitalismo que han implementado como modelo económico que les ha permitido gozar de bienestar, desarrollo y hoy por hoy posicionarse como uno de los países hegemónicos económicamente hablando.
Y si bien esto es muy interesante de analizar, es muy criticable la intromisión que tiene el gobierno chino en las actividades de los más acaudalados y pudientes del país, sin embargo, aun esto es mil veces mejor que en nuestros países occidentales, donde como ya lo decía, el gobierno se mete con nosotros y nos pone obstáculos desde que iniciamos a emprender.
Si bien no hay una solución mágica, las medidas para lograrlo no son otras que impulsar una economía de libre mercado, e iniciar a promover la limitación de la intromisión del gobierno en las actividades económicas, en el mejor de los casos por su puesto, sería la limitación del gobierno a sus funciones naturales, y la nula intervención de este en las demás esferas privadas de la economía.
Para finalizar estimado lector, te recomiendo seguir a Adrián Diaz Marro en su canal de YouTube para despejar más dudas de cómo funciona china, el lugar donde hoy por hoy se está escribiendo la historia del mundo, y seguir leyendo mis columnas para temas relacionados al liberalismo clásico, económico y desde luego político.
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