Game Of Thrones: el retorno del ex tóxico a la televisión
Todavía recuerdo la fatídica noche del 19 de mayo de 2019, el episodio final de GOT paralizó a los fanáticos de la cultura pop… pero para mal. De por sí la temporada había iniciado con el pie izquierdo, desde una cantidad considerable de filtraciones que eran tan malas que los seguidores se negaban a creer que fueran ciertas hasta unos creadores incompetentes que habían dejado claro que estaban más interesados en sus próximos proyectos de Star Wars.
Todo eso se fue amontonando hasta que culminó con una de las conclusiones televisivas más despreciadas en la historia y con justa razón. Los personajes que el público había seguido por más de ocho años no se sentían como ellos mismos, las tramas eran apresuradas y se quedaban a medias ya que solo tenían seis episodios para cerrarlo todo. En el sitio web Rotten Tomatoes, ese desastre final cuenta con un 30 % de aprobación por parte de su audiencia. Si lo comparamos con el 97 % que contaba la temporada 4, la diferencia es abismal.
Por mi parte, yo en aquella época iba todavía por la temporada número 5, pero al ver miles de tweets llenos de decepción y frustración porque uno de mis personajes favoritos, Daenerys Targaryen, de la noche a la mañana había perdido la cabeza y de paso todo su desarrollo de personaje evitó que la continuara. En otros casos, como lo es el de la serie de comedia How I Met Your Mother, sus fans por lo menos siguen recomendando la serie a pesar de su final tan decepcionante. Con GOT desafortunadamente fue todo lo contrario y manchó el legado de la que alguna vez fue considerada como la posible mejor serie de la historia.
Así que no fue sorpresa de nadie que cuando HBO reveló el tráiler de su precuela, House Of The Dragon, muchos se mostraron escépticos. No confiando en que la historia que se centraría en la casa Targaryen tuviera un mejor destino que su predecesora. En mi caso yo estaba completamente desconectada de ese mundo, en ocasiones todavía me topaba con gente maldiciendo ese lío de capítulo final y me convencía cada vez más de no continuarla.
Lo que no me esperaba era que el 21 de agosto de este año el mundo volviera a detenerse gracias a algo que tuviera relación con GOT, pero para bien. Superando todas las expectativas, HOTD se coronó con el título de la serie de HBO con el mejor estreno de la historia, casi 10 millones de espectadores a lo largo de las diferentes plataformas fueron testigos del retorno triunfal de una franquicia que se daba por terminada gracias a la mancha dejada por su final anterior. Además que las cifras con cada episodio solo van en aumento, al igual que su posición dentro de los rankings de series más vistas en Estados Unidos.

Inclusive lograron que su serie madre se convirtiera en el ex tóxico al cual siempre regresamos, en lugar de quedarse dentro del cajón de los innombrables porque cada semana el lanzamiento de un episodio se convierte en un evento en dónde todos nos sentamos frente a una pantalla para presenciar como nuestros protagonistas de cabello platinado lidian con la lenta y dolorosa destrucción de su legado. GOT finalmente ha regresado a sus días de gloria y con la temprana renovación de HOTD, claramente están aquí para quedarse y remediar lo que una vez se rompió hace tres años. Sí, me incluyo, ya que la semana pasada decidí dejar atrás los prejuicios y unirme a las filas de mi querida Rhaenyra Targaryen. No me arrepiento y en definitiva la recomiendo.
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