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Luna de Xelajú, oculta entre montañas de basura

La segunda ciudad más poblada del país ahogada en la basura, pero una contratista «está resolviendo».

Luna de Xelajú, oculta entre montañas de basura. (Foto, Centennial: Gérman Gómez).

Progresivamente ha ido mejorando la situación, pero si usted pasea por el Centro Histórico de la ciudad puede pensar que está limpia y hasta puede dudar de lo que reflejan los medios de comunicación, pero le invito a caminar por el Barrio Las Flores en Zona 1, a conversar con los vecinos de la Zona 6 o con los comerciantes de la localidad, ya no saben qué hacer con tanta basura en sus casas.

Cumbre de Olintepeque - Vecinos denuncian que su comunidad la están usando de basurero clandestino. (Foto: Elmer Vargas).

Sí, tener la basura en casa es la solución para muchos quetzaltecos, según ellos, para evitar una contaminación en el sector, lo que pocos saben, es que el riesgo sanitario lo tienen más cerca. Por ejemplo, en el Mercado Las Flores el mal olor producto de la acumulación de basura corrió a los clientes. Ante este panorama desolador los comerciantes decidieron llevarse toda la basura a casa, mientras se resuelve el problema, un “mientras” que cada vez está más lejos.


Otro fenómeno social que nació a partir de esta emergencia ambiental es dejar la basura en otra comunidad, aprovechar la oscuridad de la noche para deshacerse de los residuos sin importar el daño que le puede provocar a otras familias.


La solución para la municipalidad, a cargo de una alcaldesa en funciones —porque el alcalde está de vacaciones— fue dejarle toda la responsabilidad a una contratista, al escuchar esto le consulté que, si sabía al menos que estaban haciendo con la basura, y su respuesta fue «eso está en el contrato».


Basureros clandestinos ¿será eso lo que está en el contrato?

Basurero municipal de Quetzaltenango - Comunidad indígena de Palajunoj asegura que tienen décadas viviendo entre la basura. (Foto: Alberto Toro Vielma).

Genera tristeza ver a los vecinos de la Cumbre de Olintepeque —a seis kilómetros del casco urbano de Quetzaltenango— cruzar todos los días un tramo de aproximadamente 500 metros full de pañales, vidrios, residuos médicos y otros desechos, aunado a esto, respirando un ambiente nada agradable. Entonces, ¿dejar la basura en sectores vulnerables es la solución temporal? Lo pregunto, porque vecinos consultados afirmaron que es basura de Quetzaltenango, tanto de ciudadanos que se acercan en su vehículo, como de recolectores contratados por la municipalidad (sí, la empresa de la que habló la alcaldesa).


El POT, POT, POT

Un famoso Plan de Ordenamiento Territorial (POT) es la causa del problema, los indígenas de Palajunoj piden la suspensión inmediata. ¿Cómo? Cerrando la única vía que utilizan los recolectores de basura para dejar los residuos en el vertedero municipal ubicado en esa comunidad.


Caminando por las calles de Palajunoj les consultaba a algunos líderes si conocían el daño que estaban provocando en toda la ciudad con el cierre permanente de la vía, la respuesta fue: «Sí, ellos apenas tienen un mes viviendo así, nosotros décadas», haciendo referencia a lo cercano que quedan sus viviendas del basurero municipal.


Lo cierto es que pasan los días y no llegan a un acuerdo, mientras tanto el problema se intensifica, se acerca el invierno y buena parte de las cunetas y tragantes están repletos de basura, espero que las inundaciones no sean una crónica anunciada.

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